viernes, 4 de septiembre de 2015

EL RELOJ

Y seguimos  con los  microcuentos reencontrados.


EL  RELOJ

 Juanjo podía ser muchas cosas, pero no cobarde.  Olvidadizo, fome, algo cartucho, pero no cobarde, así que  hizo  lo que  debía. Odiaba a los ladrones  más que a los abusones, que son  lo mismo. Por  eso  cuando despertó en el microbús, después de  la  "pestañadita" de  siempre, y vio que  el cretino del lado tenía  su hermoso reloj Omega,  regalo de  su padre, algo en él, algo atávico, telúrico, simiesco,   lo convirtió en "el otro" que  todos  llevamos  dentro.
     - ¡Pásame  el reloj, desgraciado, pásamelo, o te saco la cresta aquí mismo!
Juanjo  sonó seguro,  metálico, peligroso, por  lo que el tipo se sacó el reloj y se  lo entregó sin la  menor  protesta. En el fondo son unos pusilánimes.  Se bajó a  las  tres  cuadras  siguientes. 
Juanjo tenía  en los  ojos un  brillo  invencible como  quien acaba de salvar  una  ballena, o de auxiliar a una abuelita en apuros.
Cuando llegó al trabajo, el jefe le comunicó:
    - Don Juan, llamó su señora. 
    - ¿Pasó algo malo?
    - No, nada malo, sólo  que  no fuera  tan cabeza de  pollo.
    - ¿Qué  se  me  quedó en la casa?
    -  Su reloj.

2 comentarios:

  1. Otra pequeña historia de tu autoría para disfrutar y ahora con humor. Como "especialista" eso sí, con humildad me permito hacerte una crítica en el lenguaje usado en este texto: atendiendo a la verosimilitud de esta ficción, ese "desgraciado" en el discurso de tu protagonista, y más teniendo en cuenta el fuerte momento que está viviendo, resulta forzoso y poco realista, razón por la cual deberías cambiar el término mencionado por unos buenos chilenos "conchesumadre" o "huevón" (o cualquiera de las variantes de estas criollas palabras).

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    1. Elwin: Bienvenido a este espacio de creación. Te cuento que tu observación (no lo considero una crítica) yo ya la había considerado y en realidad me parece más realista lo que mencionas, ocurre que me faltó valor para colocarlos. Recuerdo que este, en especial, lo escribí para mis alumnos, lo que me impedía usar el verdadero criollismo que le hacía justicia al momento. Pero bueno, así se dieron las cosas. Ya veremos si los futuros textos te dejan conforme. Te recomiendo vayas a la sección del Doctor Mortis en la Quinta Anormal, hay una historia interesante. A ver qué te parece. Hasta la próxima y gracias por tus acertados comentarios.

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